La Inteligencia Artificial es uno de los fenómenos informáticos e interactivos más punteros y desarrollados durante el siglo XXI. Es una tecnología que permite tanto a ordenadores como máquinas simular comportamientos, actitudes y pensamientos de la inteligencia humana y, además, cuenta con una gran capacidad de respuesta y resolución de cuestiones sobre temas muy diversos en tiempos insospechados. En apenas unos minutos, la IA es capaz de crear una nueva imagen sobre cualquier temática o bien, escribir un texto propuesto sobre la temática deseada. La inteligencia artificial también se está comenzando a utilizar en el ámbito funerario.
Cuando fallece una persona, una de las acciones que más anhelan sus familiares y las personas cercanas a ella es tener un contacto y poder hablar con la persona fallecida, es decir, que de alguna manera siga presente en su día a día. La pérdida de un familiar cercano supone un sentimiento de vacío y tristeza muy difícil de controlar y superar. Para paliar este sentimiento tan doloroso, la industria informática y digital ha desarrollado mediante inteligencia artificial la posibilidad de crear seres virtuales de las personas que han fallecido para que, de esta manera, los usuarios puedan sentir cerca su presencia e incluso, puedan llegar a conversar con ellos en tiempo real. Estos avatares pueden presentar la imagen de la persona fallecida deseada e incluso, llegan sorprendentemente a imitar su voz al expresarse. Este servicio es ofrecido por empresas como StoryFile, Eternos.Life, Decembre Proyect o You, Only Virtual. El nuevo desarrollo informático vinculando la IA con la muerte ha suscitado todo tipo de debates en la sociedad, generando numerosos interrogantes sociales, éticos y morales. Según especialistas, es necesario que este nuevo desarrollo sea regulado por las leyes porque puede suponer un alto riesgo para las personas al implicar desafíos sociales, éticos y morales de suma importancia.
¿Cómo se crean estos avatares virtuales?:
Estos personajes virtuales, avatares o también conocidos como “robots de duelo” son diseñados y desarrollados mediante la huella digital que la persona fallecida ha dejado en internet. Esta huella digital se elabora en función de sus publicaciones en redes sociales, con las fotos que han sido añadidas a la red o utilizando los correos electrónicos enviados. Con toda la información recabada, el avatar es capaz de elaborar un perfil y aprender y asimilar los comportamientos de la persona fallecida, llegando a configurar una identidad digital muy similar a la persona que ha fallecido. Puede llegar a simular sus pensamientos, forma de vida e incluso comportamientos o expresiones. En algunas ocasiones, son las propias personas las que configuran el avatar antes de fallecer para que sus familiares puedan disponer de esta herramienta digital tras su muerte y el sufrimiento sea lo más llevadero posible.
Esta herramienta puede ser empleada por aquellas personas que no consiguen superar el fallecimiento de una persona y de alguna manera, quieren mantenerla muy presente. Actualmente no hay estudios científicos que avalen el beneficio o detrimento de estas aplicaciones informáticas, pero siempre, como toda tecnología, depende del uso que se dé a la misma. La doctora en Psicología Belén Jiménez, de la Universitat Oberta de Catalunya, ha señalado recientemente en una entrevista a la Agencia EFE que es "imprescindible velar por el respeto y la dignidad de la persona fallecida como por el bienestar psicológico del usuario". Para muchos usuarios los fines principales con este nuevo desarrollo están más enfocados al ámbito comercial y económicos, olvidando los terapéuticos y mentales.
Los nuevos avatares desarrollados pueden ocasionar una relación de dependencia emocional para los usuarios que lo consuman. Pueden incluso generar una sensación de “segunda pérdida” en el caso que el avatar no comparta los mismos pensamientos o actitudes que la persona fallecida, puede incluso llegar a influir en la memoria del fallecido. Hay personas que buscan consuelo con estas aplicaciones y que desearían sentir cerca de alguna manera a sus seres queridos fallecidos. Son varios los investigadores que trabajan para desarrollar sus teorías y se forman en este terreno para poder elaborar su propia conclusión sobre la utilización de la inteligencia artificial en el mundo de la mortalidad.
Sin duda, estas nuevas herramientas pueden generar una nueva concepción de la desconocida muerte de una persona.