El embalsamamiento es un proceso funerario en el cual se realizan varias técnicas y procedimientos para tratar el cuerpo de una persona fallecida, con el objetivo de preservar el organismo y los tejidos internos y de esta manera, evitar la descomposición natural del mismo. Mediante este proceso, el cuerpo puede aguantar sin descomponerse días, semanas o incluso meses. No es una técnica novedosa del siglo XXI, sino que es un proceso que se ha utilizado a lo largo de la historia desde la época de los egipcios. Fueron ellos mismos los que desarrollaron técnicas que se siguen utilizando hoy en día por su elevada efectividad y buen resultado.
A lo largo de la historia, el embalsamamiento ha sido un proceso muy utilizado para la conservación de cadáveres en culturas como los Incas, en la antigua China y en Europa durante la Edad Media. Tanto en China como en la Europa de la Edad Media se utilizaban vendas y hierbas aromáticas en el proceso. Hoy en día se utilizan productos químicos específicos para realizar la conversación del cuerpo que son inyectados directamente en el cadáver de la persona fallecida.
Para embalsamar un cuerpo es necesario seguir un proceso compuesto por los siguientes pasos:
- Preparar el cuerpo y verificar la documentación asociada con el mismo: confirmar por parte del embalsamador la documentación que pertinente que acompaña cuerpo y comenzar a trabajar con él para desinfectarlo e higienizarlo mediante la utilización de agua y jabón.
- Extraer fluidos corporales: realizar un análisis para poder crear una solución química ajustada a las necesidades del organismo y poder determinar qué elementos son más favorables para la realización del proceso posterior de inyección del líquido en el cuerpo
- Inyectar el líquido en el cuerpo: de esta manera, el cuerpo va a adquirir productos químicos como biocidas, anticoagulantes, tintes u otros agentes preservantes.
- Absorción del fluido y distribución por el organismo: mientras el cuerpo absorbe el líquido inyectado, es necesario aplicar masajes con crema hidratante para facilitar el proceso y la distribución por el organismo.
- Reconstrucción del cuerpo y cuidado: tras la finalización del proceso de inyección, se lleva a cabo un lavado final del cadáver para posteriormente comenzar una preparación y presentación de la persona fallecida ante sus familiares o personas allegadas.
- Preparar el cuerpo para el velatorio y funeral: utilización de maquillaje y peluquería para mejorar la apariencia del cadáver y poder presentarlo para que los familiares puedan despedirse de él.
El embalsamiento no es un proceso obligatorio en España, es opcional para aquellas personas que deseen realizarlo en el cuerpo de su familiar fallecido y quedará a su propia elección según sus costumbres, creencias o pensamientos personales. Según el Decreto 2263/1974 y la “Ley de policía sanitaria mortuoria”, existen tres casuísticas en la que sí es obligatorio llevar a cabo el proceso de embalsamamiento sobre el cuerpo de una persona fallecida: en el caso en el que la inhumación o la incineración no se pueda realizar antes de 72 horas desde el fallecimiento y en el caso de que el cuerpo vaya a ser velado o expuesto en un lugar público por un plazo mayor de 48 horas desde el fallecimiento. También será necesario embalsamar el cuerpo en los casos en los que sea necesario trasladar a la persona difunta de un lugar a otro y cuando este tránsito se realice durante varios días desde su fallecimiento.
El resultado del embalsamamiento en el cuerpo va a depender de varios factores:
a) De su propio estado y de los tratamientos o enfermedades que haya sufrido antes de su fallecimiento o las causas de la muerte.
b) De las condiciones ambientales del propio entorno en el que se encuentra el cuerpo.
c) Del tiempo en el que se necesita preservar el cuerpo.
d) Según la praxis y los métodos llevados a cabo por el embalsamador para llevar a cabo la preservación del cuerpo.
Si una persona no quiere embalsamar el cuerpo de un familiar fallecido o allegado, puede optar por otras técnicas funerarias existentes:
- Conservación natural del cuerpo: manteniendo el cuerpo del fallecido en una cámara frigorífica a temperaturas bajo cero para evitar la descomposición del mismo.
- Resomación: consiste en sumergir el cuerpo en una solución alcalina para que actúe descomponiéndose de manera rápida.
- Cremación: someter el cuerpo a altas temperaturas con el objetivo de reducirlo a cenizas y poder guardarlas en una urna en un lugar específico o en un columbario o bien, derramarlas en un lugar significativo para la persona.
- Donación de órganos: ofrecer los órganos sanos de la persona fallecida para que otra persona pueda vivir con ellos.
- Entierro natural: puede obtener más información en nuestro artículo “Morir sin dejar huella: un funeral ecológico”, consiste en enterrar a una persona de manera natural sin tratar el cuerpo con productos ni utilizar materiales que requieran un proceso químico. Se siguen técnicas naturales tanto en el cuerpo como en el féretro para no contaminar el medio ambiente. Simboliza una unión entre la persona y la naturaleza.
El proceso de embalsamamiento requiere de profesionalidad, experiencia y buen criterio para conseguir un resultado digno y correcto tanto para los familiares y las personas más allegadas como para la propia persona fallecida.